Laidatxu, o como antiguamente se le conocía, Playa de Posadas o Ensenada de posadas, no siempre ha sido la idílica playa de extenso arenal que hoy disfrutamos. Aunque al contrario que San Antonio y Kanala, que tienen arena debido a los dragado, en esta ocasión la culpa-ble fue la naturaleza en forma de un fuerte maretón que arrastró gran cantidad de arena. En origen, Laidatxu era una playa incómoda llena de barro y piedras.
Dentro de nuestra historia como destino turístico, se la considera el origen de los baños de playa en Urdaibai. Antes, tanto locales como visitante acostumbraban a refrescarse en las zonas rocosas, prueba de ello son las bañeras de Bermeo y Mundaka, hasta mediados del siglo XIX que se popularizaron las playas los efectos terapéuticos del agua del mar. Pero en aquel entonces no era tan habitual saber nadar, por lo que, igual que en Laga, existía la figura del bañero quién acompañaba a los bañistas a entrar con confianza al tan ansiado chapuzón. Era habitual también utilizar una estacha (cuerda) para ayudar a los bañistas al agua sin riesgo de ser arrastrados por las corrientes.