Ondartzape

Ondartzape

Esta preciosa cala de Mundaka, además de ser un paraíso natural destacable de nuestro litoral, y quién sabe, quizás la bahía donde desembarcaron los Vikingos, tiene en sus paredes escondidos tesoros tropicales. Os suena el concepto de ¿La Euskadi tropical? Y no habla-mos de cuando nuestro clima se parece más al húmedo Costa Rica.

Gran parte de Urdaibai está formada por caliza arrecifal, como por ejemplo Ogoño o el conjunto de montañas que forman Atxarre y Ereñozar, y la parte del litoral donde se ubica Ondartzape es una fiel evidencia de ello.Lo que hoy vemos en Ondartzape, es lo que fue hace unos 100 millones de años, hacia finales del Cretácico inferior, el fondo marino de Urdaibai. Si nos fijamos en sus paredes, veremos que están repletas de fósiles llamadas Lumaquelas, esto es, rocas formadas fundamentalmente por restos fósiles de los organismos que formaban el arrecife. Efectivamente, en el Cretácico inferior Urdaibai, y Euskadi, tenían clima tropical.

En los fósiles que encontrados en este trozo del litoral se ven, entre otros, corales, erizos y esponjas; toda la fauna que pudiéramos encontrar en un arrecife como el de Australia o las Bahamas. Entre las lumaquelas que encontramos en Ondartzape las más abundantes son las Orbitolinas, con su característica forma de lenteja de aproximadamente 2 mm. Si queréis más información sobre las Lumaquelas, las cuales se encuentran entre los Lugares de Interés Geológico de Urdaibai (LIG), pinchad aquí.

Pero, ¿Cómo surge esta cala?

Todo se debe a los materiales que lo forman y para eso deberemos trasladarnos al nacimiento de Urdaibai y para eso ¿Qué mejor que un vídeo que lo explique?

Los materiales que forman Ondartzape se podrían considerar como materiales blandos y por ello, ante el embate constante del mar, se va creando un socavón que termina en lo que hoy es una cala. Y la razón de que tenga poca arena, como ocurre en la playa de Aritzatxu o Antzora, se debe a que soporta mucha energía de la mar. Debido a esa energía, los trozos de roca de este socavón se van redondeando creando los cantos que vemos en la playa y que se ven con más claridad en Arribolas. Cuanto mayor sea la energía de la mar, solamente quedan las rocas grandes y todo lo demás, lo más pequeño, como pueden ser los granos de arena, se los lleva el oleaje. En cambio, en la zona mojada encontramos arena y esto se debe a que la energía se disipa justo cuando se descubre la arena y así, en bajamar, podemos disfrutar de unos pocos huecos de arena donde extender la toalla.