Campiña atlántica

Campiña atlántica

La campiña atlántica, o campiña agraria, es el resultado del uso que se le ha dado al entorno natural a lo largo de los siglos. La actividad agrícola y ganadera continuada ha creado este ecosistema, que aún siendo producto de la acción humana, presenta importantes valores ecológicos y culturales. Esta campiña engloba una gran variedad de microambientes, como son los: prados, cultivos, arroyos, setos y bosquetes.

El ecosistema de la campiña atlántica proporciona además gran cantidad de servicios, que varían desde la provisión de bienes (alimentos, agua, etc.), hasta servicios de regulación (por ejemplo, el control del ciclo hidrológico, la protección frente a inundaciones, el control de la erosión, la fijación de carbono y la regulación climática) y servicios culturales (educación, ocio). La preservación de la campiña atlántica es clave para el mantenimiento de estos servicios y, por tanto, del bienestar humano.

Como parte de la campiña atlántica reflejo de la actividad del ser humano en el territorio, cabe destacar la presencia de los caseríos, muchos de cuyos productos hortícolas pueden comprarse en mercados de la zona. Calizas rojas y grises y areniscas amarillas son algunos de los materiales constructivos más habituales de los caseríos del estuario superior.

Por su especial valor estético-naturalístico destacan las campiñas de:

  • Las campiñas de Ajangiz y Arratzu.
  • Los conjuntos de los barrios rurales de Bermeo.
  • Los del entorno de la marisma en Murueta, Forua, Arteaga y Kortezubi.
  • El valle de Ereño.
  • El barrio de Ibarruri.
  • El valle de Oma-Basondo.
  • Los núcleos de Akorda.